sábado, 6 de febrero de 2010

POEMA DE LA POETISA SAFO

Oda a Afrodita


¡Tú que te sientas en trono resplandeciente,

inmortal Afrodita!

¡Hija de Zeus,

sabia en las artes de amor,

te suplico,augusta diosa,

no consientas que, en el dolor,

perezca mi alma!

Desciende a mis plegarias,

como viniste otra vez,

dejando el palacio paterno,

en tu carro de áureos atalajes.

Tus lindos gorriones te bajaron desde el cielo,

a través de los aires

agitados por el precipitado batir de sus alas.

Una vez junto a mí,

¡oh diosa!, sonrientes tus labios inmortales

,preguntaste por qué te llamaba,

qué pena tenía,

qué nuevo deseo agitaba mi pecho,

y a quién pretendía sujetar con los lazos de mi amor.

Safo, me dijiste,

¿quién se atreve a injuriarte?

Si te rehuye,

pronto te ha de buscar;

si rehúsa tus obsequios,

pronto te los ofrecerá él mismo.

Si ahora no te ama,

te amará hasta cuando no lo desees.

¡Ven a mí ahora también,

líbrame de mis crueles tormentos!

¡Cumple los deseos de mi corazón,

no me rehuses tu ayuda todopoderosa!

BIOGRAFIA POETISA GRIEGA SAFO

SAFO

Por Alvaro Oliva

Safo fue una poetisa que nació en el siglo VI a.C. Vivió en Mitilene,en la isla griega de Lesbos, que en aquella época era uno de los más importantes sitios del Mar Egeo.


Esta escritora era de familia noble, tenía tres hermanos y estuvo casada con un hombre rico que le dio una hija llamada Cleis.De acuerdo con los fragmentos que se conservan de su obra, se determinó que Safo rendía culto a la diosa Afrodita enseñando poesía, música y otras artes a un grupo de mujeres jóvenes por las que, según el poeta Anacreonte, sentía atracción sexual.


Safo escribió nueve libros de odas, epitalamios o canciones nupciales, elegías e himnos.


De todo su trabajo sólo quedan algunos fragmentos y dos poemas completos: la "Oda a la Mujer Amada", recogida por Longino en su libro "Tratado de los Sublime" y la "Oda a Afrodita", recogida por Dionisio de Halicarnaso.


La creación se caracteriza por la exquisita belleza de su dicción, su perfección formal, su intensidad y su emoción. Muchos poetas griegos posteriores fueron influenciados por la obra de Safo, especialmente Teócrito, Ovidio y Catulo.

Safo y Alceo, son considerados los poetas más sobresalientes de la poesía lírica griega arcaica. Son además los únicos representantes de la producción literaria lesbia.


Los poemas de Safo fueron acogidos con entusiasmo desde la antigüedad, ya que se recitaban y se conocían en la Atenas del siglo V a.C. y más tarde, en Roma, habían bustos de ella y los poetas latinos la alaban.


A partir de la época alejandrina se puso de manifiesto el interés por conservar su obra e intentar descubrir nuevas partes.


Aunque se calcula que fue cerca del año 580 a.C. no se sabe exactamente cuando ni como murió, pero una leyenda muy poco creíble sostiene que, tras ser rechazada por el joven marino Faón, se arrojó desde un acantilado en Léucade.


Esto no concuerda para nada con sus poemas de última época, en los que se describe a sí misma como una anciana que goza de una vida tranquila, pobre y en armonía con la naturaleza.


Tras su muerte los atenienses le erigieron una estatua en bronce, obra de Silanión. Dos siglos después de su muerte Platón se refiere a ella como “la décima musa”.


En el año 1703, la Iglesia Católica ordenó quemar todas las copias de los poemas de Safo, de los que sólo se logró recuperar un tercio.


En el 2004, fueron hallados nuevos fragmentos de Safo, que amplían y mejoran sustancialmente uno de los que ya se tenía de ella.


POEMAS DEL REY POETA NEZAHUALCOYOTL





Canto de primavera
de Nezahualcóyotl de Texcoco


En la casa de las pinturas
comienza a cantar,
ensaya el canto,
derrama flores,
alegra el canto.

Resuena el canto,
los cascabeles se hacen oír,
a ellos responden
nuestras sonajas floridas.
Derrama flores,
alegra el canto.

Sobre las flores canta
el hermoso faisán,
su canto despliega
en el interior de las aguas.
A él responden
variados pájaros rojos.
El hermoso pájaro rojo
bellamente canta.

Libro de pinturas es tu corazón
has venido a cantar,
haces resonar tus tambores,
tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera
alegras a las gentes.

Tú sólo repartes
flores que embriagan
flores preciosas.

Tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera,
alegras a las gentes.


A dónde iremos

de Nezahualcóyotl de Texcoco


¿A dónde iremos?



¿A dónde iremos
donde la muerte no exista?
Más, ¿por ésto viviré llorando?
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.

Aún los príncipes a morir vinieron,
los bultos funerarios se queman.
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.

Estoy triste
de Nezahualcóyotl de Texcoco


Estoy triste, me aflijo,
yo, el señor Nezahualcóyotl.
Con flores y con cantos
recuerdo a los príncipes,
a los que se fueron,
a Tezozomoctzin, a Quaquauhtzin.

En verdad viven
allá en donde de algún modo se existe.
¡Ojalá pudiera yo seguir a los príncipes,
llevarles nuestras flores!
¡Si pudiera yo hacer míos
los hermosos cantos de Tezozomoctzin!
Jamás perecerá tu nombre,
¡oh mi señor, tú, Tezozomoctzin!

Así, echando de menos tus cantos,
me he venido a afligir,
sólo he venido a quedar triste,
yo a mí mismo me desgarro.

He venido a estar triste, me aflijo.
Ya no estás aquí, ya no,
en la región donde de algún modo se existe,
nos dejaste sin provisión en la tierra,
por ésto, a mí mismo me desgarro.

Soy rico
de Nezahualcóyotl de Texcoco


Soy rico,
yo, el señor Nezahualcóyotl.
Reúno el collar,
los anchos plumajes de quetzal,
por experiencia conozco los jades,
¡son los príncipes amigos!
Me fijo en sus rostros,
por todas partes águilas y tigres,
por experiencia conozco los jades,
las ajorcas preciosas...


Pensamiento
de Nezahualcóyotl de Texcoco


¿Es que en verdad se vive aquí en la tierra?
¡No para siempre aquí!
Un momento en la tierra,
si es de jade se hace astillas,
si es de oro se destruye,
si es plumaje de ketzalli se rasga,
¡No para siempre aquí!
Un momento en la tierra.

BIOGRAFIA DEL POETA NEZAHUALCOYOTL



Nezahualcóyotl


"COYOTE EN AYUNAS"
Rey de Texcoco
(1431-1472)


Nació y murió en Texcoco (1402-1472). Fue hijo de
Extlilxóchitl, sexto señor de los chichimecas, y de
Matlalcihuatzin, hija de Huitzilíhuitl, segundo señor
de Tenochtitlan. En 1418 su padre abandonó Texcoco,
obligado por Tezozómoc, señor de los tecpanecas de
Azcapotzalco; sitiado durante 30 días en la fortaleza
de Tzinacanoztoc, se retiró a Tapanahuayuan, llevando
consigo a Nezahualcóyotl y a varios jefes que le
permanecieron fieles; pero ahí perdió la vida en
combate con sus perseguidores, mientras el joven
príncipe, de 16 años de edad, observaba la escena
oculto en un árbol. Por la noche Nezahualcóyotl se
encaminó hacia Tlaxcala por senderos extraviados.
En el camino encontró a varios de los suyos y les
recomendó que volvieran a sus casas y obedecieran
a Tezozómoc, mientras el encontraba manera de librarlos
de la tiranía. El usurpador ofreció recompensas a quien
entregara al príncipe, vivo o muerto. Éste recorría,
disfrazado algunos poblados de su dominio y penetraba
a otros para mantenerse informado de los planes del enemigo.
En 1420 sus tías, las esposas de los señores de México y
Tlaltelolco, solicitaron al señor tecpaneca el perdón del
príncipe, aduciendo su inocencia, y éste le permitió que
viviera en Tenochtitlan. Dos años después se le asignó
un palacio en Texcoco y se le autorizó a viajar entre las
dos ciudades.
El 2 de febrero de 1427 murió Tezozómoc y lo sucedió
su hijo Maxtla. Nezahualcóyotl, aun sabiendo que había el
propósito de asesinarlo, concurrió a los funerales de
Azcapotzalco. Meses más tarde volvió a la metrópoli
tecpaneca a interceder por la libertad de Chimalpopoca,
su tío y señor de México, enjaulado por orden del nuevo
tirano. Con permiso de éste, pasó a Tenochtitlan y vio
morir al monarca.
De regreso a Azcapotzalco, Maxtla le tendió una
celada, pero consiguió escapar a Texcoco. En esta
población su hermano y enemigo Tlilmantzin lo invitó
a una fiesta con la intención de matarlo; pero advertido
a tiempo, Nezahualcóyotl se hizo sustituir por un
labriego que se le parecía y a quien, en efecto, lo apuñaló,
un capitán y le cortó la cabeza para llevarla como trofeo
a Maxtla. Éste mandó participar la muerte del príncipe
a Itzcóatl, suceso de Chimalpopoca; pero cuando el
enviado llegó a México, llevando el despojo en prenda,
encontró a Nezahualcóyotl, quien le dijo: "Di al
agosto de 1427 en Calpulalpan. Al frente de 100 mil
ombres, ese mismo día se apoderó de Otumba; mandó que
los tlaxcaltecas y huejotzincas avanzaran contra Acolman;
él se dirigió con el resto de las tropas hacia Texcoco,
y pidió a los chalcas, que avanzaban desde el sur, que
tomaran Coatlinchan y se aproximaran a Huexotla.
Nezahualcóyotl llegó a esta población, que le era
por los tecpanecas. Itzcóatl y Cuauhtlalohuatzin enviaron
como emisario ante Nezahualcóyotl al príncipe Ilhuicamina.
El señor de Texcoco viajó en secreto a Tenochtitlan y
concertó con ellos la contraofensiva. El 14 de febrero
de 1428 movilizó 250 mil hombres a Tlaltelolco a través
de la laguna; el 15 él mismo, al mando de 50 mil hombres,
desembarcó en Tepeyac; y los mexicanos, divididos en tres
columnas, rompieron el sitio y llegaron hasta las costas
y linderos de Azcapotzalco: Itzcóatl por agua, Moctezuma
por Tacuba y Tlacaéleltzin por Tlalnepantla. Mazatl, el
general de los tecpanecas, resolvió encerrarse con sus
300 mil guerreros en la fortaleza de Mazatzintamalco.
Ahí lo sitiaron durante 114 días. Los aliados de Maxtla
( Coyohuacan, Xochimilco, Cuauhtitlán y Tepotzotlán).
No pudieron salvarlo de la derrota. El ejército tecpaneca
fue desbaratado cuando intentó romper el cerco. Azcapotzalco
fue entregado al saqueo de los vencedores, maxtla muerto por
mano de Nezahualcóyotl ( 6 de junio) y la ciudad convertida
en mercado de esclavos, para infamarla. En los meses
siguientes corrieron igual suerte Tapanahuayan, Tultitlán,
Teoloyucan y otras poblaciones al norte de Xaltocan.
Mientras era destruido el imperio de Azcapotzalco,
Iztlacautzin sublevó Huexotla y se apoderó de Texcoco y
otras localidades acolhuas. Nezahualcóyotl se quedó a
vivir en el bosque de Chapultepec, lo pobló de animales
de caza, instaló albercas y construyó el acueducto que
llevó el agua potable a México; pero en la primavera de
1429 atravesó de noche el lago con un ejercitó y
recuperó su capital tras siete días de combate, extendió
y consolidó la reconquista y volvió a Tenochtitlan.
Propuso luego la paz a Tacopaintzin, señor de
Xochimilco, pero fue rechazado de suerte que a fines
de ese mismo año tomó la plaza, luego de llenar con haces
de yerbas el canal que le impedía el paso.
En 1430 hizo una tercera campaña para dominar a los
sobrevivientes de la matanza de Azcapotzalco y a varios
grupos acolhuas sublevados Zempoala, Tepepulco y Apan
se sometieron de grado.


Consumada la dominación del valle de México, Nezahualcóyotl
e Itzcóatl pactaron una alianza, a la que se añadió a
Totoquiyauhtzin, señor de Tacuba, quien a pesar de ser
tecpaneca había facilitado el paso por su territorio al
ejército de Moctezuma, en la pasada guerra contra Maxtla.
La triple Alianza se solemnizó a mediados de 1431.
En seguida los tres señores procedieron al reparto de
las tierras conquistadas: marcaron una línea de sur a
norte desde el cerro de cuexcomatl hasta Tototepec;
asignaron la parte del este a Texcoco, la del oeste a
México-Tenochtitlan y le agregaron a Tacuba la provincia
de Mazahuacan y otros pueblos.
Nezahualcóyotl restituyó el poder local a los señores
de Tepetalaoztoc, Acolman, Tepecpan, Chiuhnautlan,
Tolantzinco, Cuauhchinanco, Xicotepec, y Teotihuacan,
aunque sujetos a obediencia y a pagar tributo. Otumba,
Chiautla y Cohuatecpec las dio a sus hijos o íntimos;
reservó para sí la capital y una zona aledaña; y nombró
ocho recaudadores encargados de recoger, en el resto de
sus dominios los comestibles con que debían contribuir
otros tantos grupos de pueblos a los consumos de la casa
real. En todos los terrenos comunales había dos parcelas
cuyos productos se destinaban al rey, una y otra a la corte.
En Teotihuacan estableció el tribunal que juzgaba a los
nobles, en Otumba el de los plebeyos en Texcoco el que
conocía de las apelaciones. Instituyó sendos consejos de
instrucción pública, de guerra y de hacienda y uno supremo
formado por 14 señores. Nombró para presidir estos
organismos
a cuatro de sus hijos. Expidió, además, 80 leyes, para
garantizar la lealtad al Estado y las buenas costumbres;
la pena por la infracción a estas disposiciones era, en
la mayoría de los casos, la muerte. En el bosque de
Tezcutzinco protegió los árboles, captó los manantiales,
condujo el agua por los montes, introdujo el riego, labró
albercas en las rocas, plantó flores, propagó especies
animales y escribió poemas. Fernando de Alva Ixtlixóchitl,
su nieto, dice en su Histororia chichimeca que Nezahualcóyotl,
a lo largo de su vida,
mató por su mano a 12 reyes, incluyendo a Maxtla,
participó en 30 batallas y nunca fue vencido ni herido;
sujetó 44 reinos; nombró generales a 43 de sus hijos y al
cuadragésimo cuarto lo mandó matar por soberbio y belicoso.
Reunió a todos los sabios y filósofos de su tiempo y
alcanzó a saber que había un solo Dios verdadero, al
que llamó Tloque Nahuaque; castigó los delitos con rigor,
"especialmente a las personas de calidad y que habían de
dar ejemplo a las demás"; y fue misericordioso y agradecido.
Murió a los 70 años de edad y a los 43 de su reinado.
Se conservan unas 30 composiciones poéticas suyas en
las colecciones de manuscritos de cantares prehispánicos.
Según lo ha advertido Miguel León-Portilla (Nezahualcóyotl,
poesía y pensamiento, 1972), los temas que desarrolla en
ellos son " la fugacidad de cuanto existe, la muerte inevitable,
la posibilidad de decir palabras verdaderas, el más allá y
la región de los descarnados, el sentido de flor y canto, el
enigma del hombre frente al dador de la vida y la posibilidad
de vislumbrar algo acerca del inventor de sí mismo". En 1972,
quinto centenario de la muerte del señor de Texcoco, el
gobierno del estado de México publicó ocho libros conmemorativos
-unos reimpresos, otros originales - , obra de José María Vigil,
Miguel León Portilla, Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, José
Luis Martínez, Salomón de la Selva, Víctor M. Castillo F.,
Pedro Mascaró y Sosa y Carlos Pellicer. En Chapultepec hay una
fuente monumental en su memoria, proyectada por el escultor
Luis Ortiz Monasterio. El obispo José Joaquín Granados y Galvez
(1743-1794) publicó en Tardes americanas (1778) un poema
atribuido a Nezahualcóyotl que contiene expresiones del todo
extrañas al pensamiento prehispánico. Un municipio y una
ciudad del estado de México llevan su nombre.